martes, 16 de diciembre de 2014

¿Mi bebé con síndrome de Down va a caminar? Cuándo, cuándo, cuándo



Al principio, todo fue incertidumbre. Si bien me sentía tranquila porque sabía que Fausti, a su debido tiempo, iba a lograr muchas cosas, el problema fue la ansiedad. Cuándo, cuándo, cuándo. Yo quería saber cuándo Faustina iba a sentarse, a caminar o a hablar, por ejemplo.  Jamás había visto cómo era el desarrollo de un bebé con este síndrome y, por lo tanto, no sabía qué esperar. La ansiedad me mataba. 

Ahora me pregunto para qué quería saber eso. ¿es que uno siempre quiere tener certezas sobre cómo
Desde chiquita, Faustina comenzó fortaleciendo su tronco
estando un ratito boca abajo cada día
seguirán las cosas? ¿Tan fuerte son los modelos normalizados, esos que los médicos, las abuelas, las revistas y el saber popular dicen que a determinada edad un bebé tiene que sentarse, caminar o sacar sus primeros dientes? ¿Están tan establecidos como “normalidad” que nos cuesta entender que cada ser humano tiene su propio tiempo?

A medida que pasan los meses, voy comprendiendo más acerca de respetar los momentos y disfrutarlos. Disfrutarlos mucho. Porque con una beba en casa, todo pasa rápido! De un mes para el  otro, Faustina aprende a pasos agigantados y hace tantas cosas nuevas que me resulta asombroso ver su crecimiento. Y en definitiva no importa si logra caminar a los 12 o a los 16 meses, no?

Además, si queremos que a nuestros hijos los respeten con sus falencias y habilidades, debemos empezar por nosotros mismos. Respetar los tiempos, valorar los logros y dejar de preguntarnos cuándo, porque cada uno tiene sus propios tiempos y maneras de alcanzar las metas. 

La primera vez que fui a la estimuladora temprana lo primero que le pregunté fue si Faustina iba a sentarse, a caminar y hablar. Claro que va a hacer todo eso! No es que no supiera que las personas con este síndrome caminan, hablan o se sientan. Por supuesto. Pero me preguntaba cómo iba a alcanzar todo eso si me decían que debido a la hipotonía que tenía, es decir, el bajo tono muscular, quizás le costara sentarse, por ejemplo. Y es que el tono muscular se desarrolla con estimulación. Eso le permitió a Faustina tonificar sus bracitos, que al principio eran flojitos y ahora no para de moverlos para agarrar juguetes o llevarse cosas a la boca! También sus piernas y los músculos de su espalda que fueron un blanco muy importante para fortalecer.

Desde muy chiquita, Faustina comenzó con algunos minutos diarios acostada boca abajo. En seguida intentaba levantar su cabecita. Es importante que le pongas al bebé un juguete adelante o algo que le llame la atención. Esto que parece una tontería tiene mucha importancia para cualquier bebé. Gracias a eso, mi hija logró controlar su tronco rápidamente lo que hizo poder avanzar hacia otras cosas: rolar, sentarse, girar la cabeza en busca de objetos que se mueven…

Al final, uno se da cuenta que las respuestas al cuándo son únicas para cada bebé y para cada persona. Y tener un bebé con síndrome de Down no es demasiado diferente del resto. Por lo menos en mi caso, nada del otro mundo. Simplemente, hay que tener un poquito más de paciencia y un poquito menos de ansiedad.


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